Es 08 de marzo, Día Internacional de la Mujer, una fecha que llega con sabor amargo, con reproche, con dolor y ausencia. Tarija ha escrito una de sus páginas más tristes, donde se apunta la trágica muerte de Esther Marisol Cope y la desaparición de Singry Paco. Ambas madres solas, cuyos hijos y familia no encuentran consuelo.

Esther Marisol Cope tenía 24 años, nunca se imaginó lo que le sucedería la madrugada del 26 de febrero. Su enamorado y el primo de éste la matarían a orillas del río de Pajchani en plena madrugada. Su pequeño niño de 8 años quedaría huérfano, sin ese amor de madre que sólo una madre puede dar.

Esther Marisol peleó hasta el último para salvar su vida. Así lo evidencian las marcas en los cuerpos de sus asesinos, su novio y el amigo de éste. En pocas horas, la joven madre se convirtió en una de las más dolorosas estadísticas de feminicidios en el país, el número 1 de 2024 en Tarija.

Pero detrás de los fríos números está todo el dolor de una familia, un niño destrozado y centenares de sueños esparcidos como cristales, tras el implacable golpe de una tormenta. Éstos son los pedazos que jamás se unen.

La joven era madre soltera, trabajó desde su corta edad, debido a su situación económica. Quienes la conocen indican que era buena mamá, responsable y llena de vida. Pero éste no es el único caso que hoy consterna a Tarija.

Singry Anabel Paco Valdez, de 42 años de edad, ha sido objeto de una fuerte búsqueda desde su desaparición el pasado 12 de febrero. Al igual que Esther jamás imaginó que un 8 de marzo de 2024 ya no frecuentaría su trabajo como farmacéutica, no vería a su hija y su existencia sería un enigma.

La búsqueda de Singry continúa, pero mientras esto sucede, una vida se destruye, una niña queda sin el amor de su madre y más de una decena de preguntas sin resolver reflotan y cuestionan sobre la seguridad y la justicia.

Hoy Tarija tiene una tarea pendiente, los dos últimos casos nos recuerdan la gran tarea de frenar la violencia de género, ponerle un alto a los feminicidios y garantizar la seguridad y vida de las mujeres que a diario caminan en la tierra “andaluz”.

Ni flores, ni chocolates

Hoy no habrá cabida para las flores y chocolates que se le estaban imponiendo a esta fecha. La lucha está presente, no hay marcha atrás, las mujeres no estamos pidiendo validación, estamos exigiendo justicia y derechos, por las que estamos presentes, las que ya no están y las más pequeñas que, seguro ya crecerán con otra forma de pensar.

Los feminicidios, el crimen que no se detiene

Entre el 1 de enero y el 25 de febrero de 2024, el Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres registró 12 feminicidios en Bolivia.

En enero se reportaron cinco asesinatos de mujeres. En febrero suman siete. Los últimos dos ocurrieron el domingo, en La Paz y en Tarija.

En el caso de La Paz, un hombre reportó el deceso de su esposa a quien, según él, la halló muerta en su casa.

La víctima tenía signos de violencia en el cuerpo. La autopsia constató que tenía golpeas y perdió la vida por las lesiones internas.