“El tiempo pasa, la gloria perdura”: la banda del gran Colegio Nacional San Luis

Orgullo, pasión e historia destacan cuando se habla del Colegio Nacional San Luis, el establecimiento de educación secundaria más antiguo del departamento. De acuerdo a los registros históricos fue fundado en los primeros años de la segunda mitad del siglo XIX. Fue cuartel, hospital, universidad y prisión.

Por sus aulas pasaron los hombres más renombrados de la historia departamental como el ex presidente Víctor Paz Estenssoro. Además, sus aulas dan cuenta de grandes luchas sociales y cívicas.

Hoy el colegio cumple 169 años y uno de sus tesoros más grandes es su banda de guerra, aquella que se ha convertido en una institución en sí misma. Según el testimonio de Carlos Sustach Rodrigo, integrante de la promoción de 1967, el origen de la banda se remonta a ese año (1967), cuando un estudiante de último grado, Delfín Mérida -un joven muy inquieto y presidente de curso- aprovechó que el presidente de Bolivia en ese entonces, Gral. René Barrientos Ortuño, visitó el establecimiento educativo.

El estudiante tuvo la iniciativa de nombrar al jefe de estado padrino de una banda de música. La invitación fue aceptada de inmediato por Barrientos y antes de que transcurrieran los dos meses, los estudiantes junto a profesores y padres de familia, alborozados, recibieron el envío de todos los instrumentos completamente nuevos.

Según explicó Sustach, el 6 de agosto de 1967 se inauguró de manera oficial la banda de música del establecimiento conformada por alumnos de cursos inferiores y con vocación por la música.

En aquella gestión el director del colegio era Félix Bagnon y el profesor de música el reconocido Nilo Soruco Arancibia. “Es así que con sólo el amor al colegio y la ilusión de ser siempre los mejores, los estudiantes tocaban sus instrumentos con alma vida y corazón, demostrando ser mejores ante los tradicionales rivales”, refirió Sustach.

La experiencia de quienes formaron parte de la banda

Tarija Conecta recibió el testimonio de muchos estudiantes que participaron de la banda de guerra y que hoy quieren hacer homenaje a este gran colegio. Ramiro Jorge Majluf Ayo - guaripolero del año 1983- cuenta que su ingreso a la banda en el año 1981 y hasta 1983 cuando tocaba corneta la experiencia fue maravillosa.

“Yo creo que todo el periodo desde mi ingreso, que fue el año 81 tocando corneta, fue una experiencia extraordinaria”, dice y agrega que los ensayos solían ser muy rígidos.

Era común que los ex integrantes de la banda aparezcan en la avenida y con toda autoridad comiencen a exigir: igualar las marchas o el paso de parada. “Cada sección tenía que actuar como un bloque, eso me parecía genial”, cuenta Majluf. 

Siendo guaripolero Jorge era experto en cada una de las destrezas, pero también le tocaba regañar y era exigente. “Había un gran fervor y pasión derivada del orgullo de ser sanluiseño”, señala.

Las inolvidables marchas de viento

La Banda de Guerra del Colegio Nacional San Luis interpretaba las marchas clásicas en los dos sectores: percusión y de viento, sin embargo, muchos de los estudiantes afirman que con el pasar de los años esas marchas fueron cambiando hasta llegar a ser tocadas de manera diferente, perdiendo así la esencia de las raíces de la Banda de Guerra sanluiseña.

Según testimonio de los ex alumnos las marchas se mantuvieron vigentes durante tres décadas sin sufrir ninguna alteración, en los 70, 80 y 90. Más aún, otros estudiantes aseguran que se mantuvieron algunas hasta el año 2004.

El paso de parada: la herencia de Jaime Padilla

Jaime Padilla es considerado por los sanluiseños el mejor profesor de Educación Física en toda la historia de Tarija. “Gracias a este gran baluarte, la Banda de Guerra tiene el lujoso paso de parada, tan vistoso y único hasta nuestros días”, dicen orgullosos los antiguos y actuales integrantes de la banda.

Cuentan que cada 21 de junio en el colegio se realizaba una gran demostración con números espectaculares y riesgosos. En este acontecimiento participaban diferentes gimnastas que caminaban parados de manos en los bordes de los pasillos y en los techos del Colegio Nacional San Luis. Así relató a Tarija Conecta Bernardo Vacaflores Loría, Primera trompeta del año 1982.

Más aún, como en todo hecho histórico, ex alumnos de la década de los 60 aseguran que el paso de parada es más antiguo que la banda. Sobre el tema, Rolando Vacaflor, perteneciente a la promoción 1969, indica que el paso de parada se practicaba por la Promoción antes que el colegio tenga banda.

Pero lo cierto es que Jaime Padilla dejó una gran huella en la banda de guerra de los sanluiseños. Hoy en honor al gran maestro, la cancha del colegio lleva su nombre. Vacaflores enfatiza que Padilla hizo de la banda del colegio una banda digna de representar a Tarija por muchas décadas haciendo siempre la diferencia con su disciplina y entrega en cada presentación hasta el día de hoy.

La banda de hoy está conformada por tres áreas o secciones: percusión, viento y los escoltas. La parte de la percusión se divide en tambor, timbal, tacuarin, bombos, platillos y liras. En viento están los que tocan clarinetes, trompetas, bajos, y los contrabajos o elicones. Finalmente, los escoltas, que son la cara de la banda, es decir, los que llevan banderas y estandartes, se dividen en los del frente y los del costado.