La caña, el erke, la caja y la guitarra lloraron, Tarija despidió a su eterno enamorado

La caña, el erke, la caja y la guitarra lloraron ayer en el Cementerio General de la Ciudad de Tarija, donde los restos mortales del gran Sapito Mealla llegaron. Una comitiva de familiares, amigos, músicos y admiradores lo acompañó.

Ya en su tumba los mariachis arrancaron con la despedida: “Más allá del sol” y “El Rey”, fueron algunos de los temas interpretados, más aún no tardó en sonar la guitarra criolla y el bombo, y con ello la música de Sapito Mealla se adueñó del campo santo. Hubo danza, aplausos, palabras, llanto y dolor.

Su familia agradeció a todos los que se dieron cita y pidió un aplauso para el músico. Tras ello centenares de personas se acercaron al ataúd que permanecía con la ventanilla abierta, pudieron verle, abrazarle y darle el último adiós.

“Cómo sufre mi corazón, qué triste se escucha el canto del sapito menor, siente la ausencia de sus hermanos que solo se quedó” al ritmo de esa cueca se fue bajando el ataúd del cantautor, que desde ahora ya no estará solo sino junto a sus hermanos: “Los legendarios sapos cantores”, al lado de quienes fue enterrado.

Las muestras de amor

Sapito Mealla ayer cosechó lo que que sembró, amor y música. Decenas de mozas lo despidieron portando la ropa tradicional de Tarija, varios grupos musicales entonaron sus mejores temas, no faltó la ejecución de cuecas y las palabras de sus amigos, que al unísono dijeron: "Sapito" descansa en paz que desde aquí te seguiremos cantando